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martes, 10 de febrero de 2015

Palacio Nacional de la Peña


El Palacio Nacional de la Peña (en portugués Palácio Nacional da Pena) fue una de las principales residencias de la familia real portuguesa durante el siglo XIX y a la vez constituye una de las máximas expresiones del estilo romántico del siglo XIX en Portugal. Se encuentra en la freguesia de São Pedro de Penaferrim en la ciudad de Sintra. El palacio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995.

Fue el príncipe Fernando II de Portugal, esposo de la reina María II de Portugal, quien ordenó la construcción del palacio de la Peña en 1836. El príncipe, católico de origen alemán, se enamoró de la zona de Sintra en una excursión que realizó junto a su esposa. En esta excursión, la pareja real pudo contemplar las ruinas de un antiguo monasterio devastado a raíz del terremoto de 1755. El monasterio había sido de los frailes jerónimos y fue construido, originariamente, por el rey Juan II y transformado, de forma substancial, por el rey Manuel I que, cumpliendo una promesa, ordenó la reconstrucción del monasterio en honor de Nossa Senhora da Pena, la Madre de Dios de la Peña (Palácio da Pena quiere decir precisamente «palacio de la Peña», en referencia a su situación sobre un cerro escarpado), y lo donó a la orden de San Jerónimo.
Con el terremoto de 1755, la capital portuguesa y toda el área que la rodea quedó muy malograda. Dentro de esta área se encontraba la zona de Sintra y el mencionado monasterio. Estas ruinas únicamente conservaban intacta la capilla con un magnífico retablo de alabastro atribuido a Nicolás Chanterenne. Fernando de Sajonia (Fernando II) adquirió el monasterio en 1838 y, junto con este, la enorme propiedad de la montaña de Sintra, dentro de la cual se encontraban diversas villas o el llamado Castillo de los Moros (Castelo dos Mouros).
La reconstrucción fue lenta y costosa, pero finalmente se convirtió en un recinto exuberante en el cual se pueden contemplar diferentes estilos que van desde el neogótico hasta al neo islámico, pasando por el neo renacimiento y una visión pseudomanuelina que convierten el espacio en un ambiente claramente exótico. Además, en las vertientes de la montaña se construyó un magnífico parque inglés que, junto con el palacio, se convirtió en un icono de la arquitectura portuguesa.
Pronto se adaptó el palacio como residencia de verano de la familia real. Numerosas colecciones reales se trasladaron al palacio y a la vez se crearon ricos ornamentos, que fueron desde los célebres estucados hasta las paredes pintadas al óleo. Por todo esto, la Unesco declaró Sintra como Patrimonio de la Humanidad.

Este palacio asentado sobre grandes peñascos, presenta una mezcla de estilos arquitectónicos totalmente intencionada. Se pueden encontrar elementos que pertenecen al neo-góticoneo-manuelinoneo-islámiconeo-renacentista y en menor medida a la arquitectura colonial. El motivo de esto es que la mentalidad romántica del siglo XIX está enormemente fascinada por todo lo exótico.
Estructuralmente el Palacio de de la Peña se divide en cuatro áreas principales:

·         Los cimientos y murallas exteriores (que servirán para consolidar la implantación de la construcción), con dos puertas, una de las cuales está provista de puente levadizo.
·         El edificio correspondiente al convento, íntegramente restaurado. Se encuentra en el punto más alto de la colina y ha sido rodeado de almenas y dotado de la Torre del Reloj.
·         El patio de los arcos frente a la capilla, con sus paredes de arcos moriscos.

·         La zona palaciega propiamente dicha con su baluarte cilíndrico de gran porte, estando su interior decorado en estilo catedralicio, según la moda de la época. El mobiliario y la ornamentación presentes en su interior, dan gran muestra de ello.



 
Interior del palacio

Interior del palacio

Interior del palacio

Interior del palacio

http://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_da_Pena


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