El Castillo Hohenwerfen (en alemán se llama Burg Hohenwerfen)
es otro de esos castillos que parece de
cuentos, en Austria. Se yergue por encima del pueblo
Werfen, en el valle Salzach, a 40
km al sur de Salzburgo.
El entorno resalta aún más la belleza de
esta edificación del siglo XI, ya que está rodeado por los Alpes
Berchtesgaden y queda muy cerca de la montaña Tennengebirge. La fortificación
que verás es “hermana” del castillo y han sido construidos en la misma fecha.
La función con la que se construyó Hohenwerfen, al igual que Hohensalzburg y el Castillo Petersberg, fue la de proteger la arquidiócesis de Salzburgo de las fuerzas del Rey Enrique IV. Esta fue la solución que encontraron el Papa Gregorio VII y el “anti rey” Rodolfo de Rheinfelden para repeler las amenazas externas.
Durante el siglo XII y el XVI fue sometida a refacciones
y fue agrandada. La última intervención en su fisonomía se debió más a una
necesidad que a una cuestión estética ya que durante 1525 y 1526 la Guerra
Campesina Alemana algunos granjeros y mineros rebeldes habían incendiado y dañado
el castillo.
Un uso algo escabroso al que se puso al servicio a Burg Hohenwerfen fue
como cárcel.
Tal fin le ha impregnado una reputación algo siniestra, lo cual no es para
menos principalmente cuando se piensa en que muchos quienes fueron considerados
“criminales” entonces pasaron sus últimos días aquí en condiciones en todo
menos humanas. Inclusive algunos personajes de la nobleza de alto rango
terminaron sus días en este castillo/prisión.
Pasaron varios siglos hasta que
otro inconveniente marcó el destino de esta construcción antigua. En 1931 un
nuevo incendio causó daos mayores a la fortaleza y tuvo que ser sometida a una
intensiva restauración, que terminó por derivar en un cambio de dueños: del
Archiduque de Austria a una administración en Salzburgo. Los
tiempos de guerra volvieron a convulsionar los días de toda Europa y así
también Burg
Hohenwerfen fue
usado por la gendarmería austríaca como un campo de entrenamiento, fin para el
que funcionó hasta 1987.
Esos tiempos han quedado atrás
–aunque no olvidados, por supuesto- y hoy el castillo llega agrandado y renovado varios
veces pero con su mismo esplendor y muchas más historias para cautivar a sus
visitantes. De hecho, los
turistas se internan en él para tomar tours guiados y conocer de cerca las exhibiciones
de armas, el museo de cetrería y la taberna de la fortaleza.
Otra buena idea es recorrer el Castillo con las
audio guías que
permiten ir descubriendo las habitaciones, los museos y demás a tu propio
ritmo. Eso sí, asegúrate de tener una o dos horas para recorrer todo sin
sobresaltos y también darte un gusto parando para un break culinario en el
‘Burgschenke’ o más sencillamente llamado restaurant del lugar.
La tarjeta para ingresar cuesta alrededor de los once euros y con ella puedes recorrer todo
el lugar y provee un paseo montaña arriba y abajo. Los platos fuertes de esta
visita los encontrarás en la cámara de torturas y la torre de vigilancia. Por
supuesto que no hay que menospreciar ni por un segundo las cámaras góticas más
atractivas de Europa ni el Museo de las Marionetas. Para más emoción, también
se da un show “multivisión” en que la iglesia románica del siglo XI, ubicada en
la parte baja, cobra vida con un espectáculo de música y luces imperdible.
Este
castillo ha sido utilizado para varias películas:
·
Algunas partes propias del
castillo se utilizaron en la película francesa Recién casados.3
·
Los exteriores del Castillo de
Hohenwerfen se utilizaron en la miniserie El décimo reino.4
No hay comentarios:
Publicar un comentario