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miércoles, 11 de febrero de 2015

La Alhlambra de Granada


La Alhambra, denominada así por sus muros de color rojizo («qa'lat al-Hamra'», Castillo Rojo), está situada en lo alto de la colina de al-Sabika, en la margen izquierda del río Darro, al este de la ciudad, frente a los barrios del Albaicín y de la Alcazaba.
Su posición estratégica, desde la que se domina toda la ciudad y la

vega granadina, hace pensar que existían construcciones anteriores a la llegada de los musulmanes. Su conjunto, completamente amurallado, posee una forma irregular limitado al norte por el valle del Darro, al sur por el de la al-Sabika, y al este por la Cuesta del Rey Chico, que a su vez la separan del Albaicín y del Generalife, situado en el cerro del Sol.
Se tiene constancia por primera vez de ella en el siglo IX, cuando en 889 Sawwar ben Hamdun tuvo que refugiarse en la Alcazaba y repararla debido a las luchas civiles que azotaban por entonces al Califato cordobés, al que pertenecía Granada. Posteriormente, este recinto empezó a ensancharse y a poblarse, aunque no hasta lo que sería con posterioridad, ya que los primeros monarcas ziríes fijaron su residencia en lo que posteriormente sería el Albaicín.

A pesar de la incorporación del castillo de la Alhambra al recinto amurallado de la ciudad en el siglo XI, lo que la convirtió en una fortaleza militar desde la que se dominaba toda la ciudad, no sería hasta el siglo XIII con la llegada del primer monarca nazarí, Mohamed ben Al-Hamar(Mohamed I, 1238-1273) cuando se fijaría la residencia real en La Alhambra. Este hecho marcó el inicio de su época de mayor esplendor.
Primero se reforzó la parte antigua de la Alcazaba, y se construyó la Torre de la Vela y del Homenaje, se subió agua del río Darro, se edificaron almacenes, depósitos y comenzó la construcción del palacio y del recinto amurallado que continuaron Mohamed II (1273-1302) y Mohamed III (1302-1309), al que también se le atribuyen un baño público y la Mezquita sobre la que se construyó la actual iglesia de Santa María.

A Yúsuf I (1333-1353) y Mohamed V (1353-1391) les debemos la inmensa mayoría de las construcciones de la Alhambra que han llegado a nuestra época. Desde la reforma de la Alcazaba y los palacios, pasando por la ampliación del recinto amurallado, la Puerta de la Justicia, la ampliación y decoración de las torres, construcción de los Baños y el Cuarto de Comares, la Sala de la Barca, hasta el Patio de los Leones y sus dependencias anexas. De los reyes nazaríes posteriores no se conserva prácticamente nada.
De la época de los Reyes Católicos hasta nuestros días podemos destacar la demolición de parte del conjunto arquitectónico por parte de Carlos V para construir el palacio que lleva su nombre, la construcción de las habitaciones del emperador y el Peinador de la Reina y el abandono de la conservación de la Alhambra a partir del siglo XVIII. Durante la dominación francesa fue volada parte de la fortaleza y hasta el siglo XIX no comenzó su reparación, restauración y conservación que se mantiene hasta la actualidad.
      







La Casa Blanca

Cuando los estadounidenses decidieron levantar una ciudad desde la que dirigir su nueva nación, Washington D.C. no era más que una tierra baldía regada por el río Potomac. Hoy, desde la Casa  Blanca, su principal emblema, se dirimen las decisiones más importantes que afectan no solo a Estados Unidos, sino al mundo entero. Conoce la historia de la Casa  Blanca, uno de los edificios más importantes de Estados Unidos.
El 3 de octubre de 1792 se ponía la primera piedra de la que entonces era conocida como Executive Mansion. La idea de construir una casa presidencial fue de George Washington, que designó al arquitecto James Hoban para que diseñara la vivienda, inspirada en el Parlamento de Irlanda y en el Castillo de Rastignac, situado en la localidad francesa de Dordogne.


De estilo neoclásico, la mansión terminó de construirse en el año 1800, con un coste total superior a los 200.000 dólares de la época. Para realizar la peculiar fachada se utilizó piedra tallada de Escocia, dejando la casa de color gris. En 1814 el ejército británico destruyó parte de la vivienda. Tras su reconstrucción, se pintó completamente de blanco, conservando el color hasta nuestros días.
El primero en darle el nombre de Casa Blanca fue el presidente Theodore Roosevelt en 1901. Durante su mandato se llevó a cabo una de las remodelaciones más importantes del interior, ya que se construyó, en 1902, el Despacho Oval, el lugar habitual desde donde trabaja el mandatario estadounidense de turno. Otra novedad importante fue la construida durante el mandato de John F. Kennedy, que en 1961, durante el conflicto de Bahía de Cochinos, decidió crear The Situation Room, la sala de crisis desde la que se toman las decisiones más relevantes.
La Casa Blanca se asienta sobre un terreno de 7,2 hectáreas. Cuenta en la actualidad con 6 plantas, 3 ascensores, 132 dormitorios, 35 cuartos de baño y 28 chimeneas.
 Cada día recibe a más de 5.000 visitantes que recorren el exterior y algunas estancias del interior. La visita es guiada y gratuita, aunque debe solicitarse con, al menos, un mes de antelación.

Es una de las construcciones más importantes de Estados Unidos. Aunque es difícil cuantificar el valor intangible de la casa, debido a su historia y a los secretos que en ella se guardan, la firma Zillow ha tasado la vivienda en 319 millones de dólares. Además, el valor estimado para su arrendamiento mensual ronda los 1,8 millones de dólares.



La Sagrada Familia

El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia es una iglesia monumental iniciada el 19 de marzo de 1882 a partir del proyecto del arquitecto diocesano Francisco de Paula del Villar (1828-1901). A finales de 1883, se encargó a Gaudí la continuación de las obras, labor que no abandonó hasta su muerte, en 1926. A partir de entonces, varios arquitectos han continuado la obra siguiendo la idea original de Gaudí. 
El edificio está situado en el centro de Barcelona, y con los años se ha convertido en uno de los signos de identidad más universales de la ciudad y del país. Anualmente es visitado por millones de personas, y también son muchas las que estudian su contenido arquitectónico y religioso. 
 
El templo siempre ha sido expiatorio; es decir, desde sus inicios, hace ahora más de 133 años, se construye a partir de donativos. En este sentido, el propio Gaudí dijo: "El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia lo hace el pueblo y se refleja en él. Es una obra que está en las manos de Dios y en la voluntad del pueblo."La construcción continúa y se podría terminar durante el primer tercio del siglo XXI.
 Las obras de La Sagrada familia de Barcelona no estarán terminadas hasta dentro de 13 años, en 2026, pero hoy 130 años después de que se iniciara el proyecto de Gaudí y gracias a un vídeo en 3D podemos ver cómo quedará.

El templo se encuentra hoy edificado en un 65% de lo que proyectó el maestro Gaudí hace más de un siglo, pero si todo va bien para 2026 podrá estar terminado según ha confirmado Faulí, actual arquitecto director y coordinador.
La Sagrada Familia es uno de los emblemas de la Ciudad Condal y uno de los monumentos más visitados de España, en su interior ya pueden celebrarse misas y ceremonias religiosas pero en el exterior todavía queda mucho que hacer.
 
La recreación virtual muestra cómo quedará el edificio al termino de las obras: sigue ganando altura con la construcción del cimborrio y las torres centrales, como la de Jesús, la torre central y la más alta con 172 metros de altura, rodeada de las cuatro de los Evangelistas. También muestra cómo lucirá el Portal de la Gloria, la más grande de las tres entradas con las que contará y la que se espera que sea la principal.
La Basílica ha congregado en septiembre a 33.600 visitantes en las tres jornadas de puertas abiertas que se han celebrado coincidiendo con La Mercè, fiesta mayor de la capital catalana, para poder ver el estado actual de las obras.



               Vídeo futurista en 3D sobre La Sagrada Familia una vez terminada.



Interior de La Sagrada Familia

martes, 10 de febrero de 2015

Castillo Hohenwerfen

El Castillo Hohenwerfen (en alemán se llama Burg Hohenwerfen) es otro de esos castillos que parece de cuentos, en Austria. Se yergue por encima del pueblo Werfen, en el valle Salzach, a 40 km al sur de Salzburgo.
El entorno resalta aún más la belleza de esta edificación del siglo XIya que está rodeado por los Alpes Berchtesgaden y queda muy cerca de la montaña Tennengebirge. La fortificación que verás es “hermana” del castillo y han sido construidos en la misma fecha.

La función con la que se construyó Hohenwerfen, al igual que Hohensalzburg y el Castillo Petersberg, fue la de proteger la arquidiócesis de Salzburgo de las fuerzas del Rey  Enrique IV. Esta fue la solución que encontraron el Papa Gregorio VII y el “anti rey” Rodolfo de Rheinfelden para repeler las amenazas externas.

Una vez que esta primera época pasó, el Castillo fue quedando a la disposición de quienes gobernaron Salzburgo, quienes lo utilizaron tanto como base militar así como un lugar donde se escapaban a pasar unos días de descanso y caza.
Durante el siglo XII y el XVI fue sometida a refacciones y fue agrandada. La última intervención en su fisonomía se debió más a una necesidad que a una cuestión estética ya que durante 1525 y 1526 la Guerra Campesina Alemana algunos granjeros y mineros rebeldes habían incendiado y dañado el castillo.
Un uso algo escabroso al que se puso al servicio a Burg Hohenwerfen fue como cárcel. Tal fin le ha impregnado una reputación algo siniestra, lo cual no es para menos principalmente cuando se piensa en que muchos quienes fueron considerados “criminales” entonces pasaron sus últimos días aquí en condiciones en todo menos humanas. Inclusive algunos personajes de la nobleza de alto rango terminaron sus días en este castillo/prisión.
Pasaron varios siglos hasta que otro inconveniente marcó el destino de esta construcción antigua. En 1931 un nuevo incendio causó daos mayores a la fortaleza y tuvo que ser sometida a una intensiva restauración, que terminó por derivar en un cambio de dueños: del Archiduque de Austria a una administración en Salzburgo. Los tiempos de guerra volvieron a convulsionar los días de toda Europa y así también Burg Hohenwerfen fue usado por la gendarmería austríaca como un campo de entrenamiento, fin para el que funcionó hasta 1987.
Esos tiempos han quedado atrás –aunque no olvidados, por supuesto- y hoy el castillo llega agrandado y renovado varios veces pero con su mismo esplendor y muchas más historias para cautivar a sus visitantes. De hecho, los turistas se internan en él para tomar tours guiados y conocer de cerca las exhibiciones de armas, el museo de cetrería y la taberna de la fortaleza.
Otra buena idea es recorrer el Castillo con las audio guías que permiten ir descubriendo las habitaciones, los museos y demás a tu propio ritmo. Eso sí, asegúrate de tener una o dos horas para recorrer todo sin sobresaltos y también darte un gusto parando para un break culinario en el ‘Burgschenke’ o más sencillamente llamado restaurant del lugar.
La tarjeta para ingresar cuesta alrededor de los once euros y con ella puedes recorrer todo el lugar y provee un paseo montaña arriba y abajo. Los platos fuertes de esta visita los encontrarás en la cámara de torturas y la torre de vigilancia. Por supuesto que no hay que menospreciar ni por un segundo las cámaras góticas más atractivas de Europa ni el Museo de las Marionetas. Para más emoción, también se da un show “multivisión” en que la iglesia románica del siglo XI, ubicada en la parte baja, cobra vida con un espectáculo de música y luces imperdible.

Este castillo ha sido utilizado para varias películas:
·         Algunas partes propias del castillo se utilizaron en la película francesa Recién casados.3

·         Los exteriores del Castillo de Hohenwerfen se utilizaron en la miniserie El décimo reino.4






Palacio Nacional de la Peña


El Palacio Nacional de la Peña (en portugués Palácio Nacional da Pena) fue una de las principales residencias de la familia real portuguesa durante el siglo XIX y a la vez constituye una de las máximas expresiones del estilo romántico del siglo XIX en Portugal. Se encuentra en la freguesia de São Pedro de Penaferrim en la ciudad de Sintra. El palacio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995.

Fue el príncipe Fernando II de Portugal, esposo de la reina María II de Portugal, quien ordenó la construcción del palacio de la Peña en 1836. El príncipe, católico de origen alemán, se enamoró de la zona de Sintra en una excursión que realizó junto a su esposa. En esta excursión, la pareja real pudo contemplar las ruinas de un antiguo monasterio devastado a raíz del terremoto de 1755. El monasterio había sido de los frailes jerónimos y fue construido, originariamente, por el rey Juan II y transformado, de forma substancial, por el rey Manuel I que, cumpliendo una promesa, ordenó la reconstrucción del monasterio en honor de Nossa Senhora da Pena, la Madre de Dios de la Peña (Palácio da Pena quiere decir precisamente «palacio de la Peña», en referencia a su situación sobre un cerro escarpado), y lo donó a la orden de San Jerónimo.
Con el terremoto de 1755, la capital portuguesa y toda el área que la rodea quedó muy malograda. Dentro de esta área se encontraba la zona de Sintra y el mencionado monasterio. Estas ruinas únicamente conservaban intacta la capilla con un magnífico retablo de alabastro atribuido a Nicolás Chanterenne. Fernando de Sajonia (Fernando II) adquirió el monasterio en 1838 y, junto con este, la enorme propiedad de la montaña de Sintra, dentro de la cual se encontraban diversas villas o el llamado Castillo de los Moros (Castelo dos Mouros).
La reconstrucción fue lenta y costosa, pero finalmente se convirtió en un recinto exuberante en el cual se pueden contemplar diferentes estilos que van desde el neogótico hasta al neo islámico, pasando por el neo renacimiento y una visión pseudomanuelina que convierten el espacio en un ambiente claramente exótico. Además, en las vertientes de la montaña se construyó un magnífico parque inglés que, junto con el palacio, se convirtió en un icono de la arquitectura portuguesa.
Pronto se adaptó el palacio como residencia de verano de la familia real. Numerosas colecciones reales se trasladaron al palacio y a la vez se crearon ricos ornamentos, que fueron desde los célebres estucados hasta las paredes pintadas al óleo. Por todo esto, la Unesco declaró Sintra como Patrimonio de la Humanidad.

Este palacio asentado sobre grandes peñascos, presenta una mezcla de estilos arquitectónicos totalmente intencionada. Se pueden encontrar elementos que pertenecen al neo-góticoneo-manuelinoneo-islámiconeo-renacentista y en menor medida a la arquitectura colonial. El motivo de esto es que la mentalidad romántica del siglo XIX está enormemente fascinada por todo lo exótico.
Estructuralmente el Palacio de de la Peña se divide en cuatro áreas principales:

·         Los cimientos y murallas exteriores (que servirán para consolidar la implantación de la construcción), con dos puertas, una de las cuales está provista de puente levadizo.
·         El edificio correspondiente al convento, íntegramente restaurado. Se encuentra en el punto más alto de la colina y ha sido rodeado de almenas y dotado de la Torre del Reloj.
·         El patio de los arcos frente a la capilla, con sus paredes de arcos moriscos.

·         La zona palaciega propiamente dicha con su baluarte cilíndrico de gran porte, estando su interior decorado en estilo catedralicio, según la moda de la época. El mobiliario y la ornamentación presentes en su interior, dan gran muestra de ello.



 
Interior del palacio

Interior del palacio

Interior del palacio

Interior del palacio

http://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_da_Pena


viernes, 6 de febrero de 2015

Palácio da Regaleira

El Palacio de Regaleira es el edificio principal  y el nombre más común de la Quinta de Regaleira. También llamado Palácio  do Monteiro  dos  Milhões.  El palacio está situado en pleno Centro Histórico de Sintra  y está clasificado como Patrimonio mundial por la Unesco.   Ahora nombrare algunos lugares de interés que rodean la Quinta de Regaleira.

Bosque
El bosque, que ocupa la mayor parte del espacio de la quinta, no está dispuesto al azar. Comienza siendo más ordenado y cuidado en la parte más baja de la quinta, pero se va haciendo progresivamente más salvaje a medida que se asciende hasta la parte alta. Esta disposición refleja la creencia en el primitivismo de Carvalho Monteiro.


Patamar dos deuses (Rellano de los 
dioses)
A la entrada de este rellano, una estatua de Hermes, el mensajero de los dioses

y la personificación de la revelación de la sabiduría, parece anunciar a los otros dioses que bordean este rellano. En el centro se encuentran dos estatuas dequimeras, símbolos de ilusión y utopía.
Entrada dos Guardiães y Terraço Celeste


Pozo iniciático
Una galería subterránea con una escalera en espiral, sustentada por columnas esculpidas, desciende hasta el fondo del pozo a través de nueve rellanos. Los nueve rellanos circulares del pozo, separados entre sí por quince peldaños, evocan referencias a La Divina Comedia de Dante, y pueden representar los nueve círculos del infierno, los del paraíso o los del purgatorio. Según los reputados ocultistas Albert Pike, René
Guénon y Manly Palmer Hall, es en La divina comedia donde se encuentra por primera vez expuesta la Orden Rosacruz. En el fondo del pozo está, embutida en mármol, una rosa de los vientos sobre una cruz templaria, el emblema heráldico de Carvalho Monteiro y, simultáneamente, indicativo de la Orden Rosacruz.
El pozo se denomina iniciático porque se sabe que era usado en rituales masónicos de iniciación; se dice que la explicación del simbolismo de los nueve peldaños se encuentra en la obra Conceito Rosacruz do Cosmos.
La simbología del lugar está relacionada con la creencia de que la tierra es el útero materno de donde proviene la vida, pero también la sepultura donde volverá. Muchos ritos de iniciación aluden a aspectos del nacimiento y de la muerte ligados a la tierra o al renacimiento. La existencia de los 23 nichos ubicados bajo los peldaños del pozo iniciático constituye uno de los muchos misterios que alberga dicha construcción. El 29 de diciembre de 2010, el profesor Gabriel Fernández Calvo de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, cuando visitaba el pozo junto con otros profesores de la UCLM, observó que los 23 nichos no estaban dispuestos al azar, sino que se hallaban agrupados en tres conjuntos de 17, 1 y 5 nichos separados entre sí conforme se descendía al fondo del pozo. Dicha organización no es casual y muy probablemente hace referencia al año 1715 en el que Francisco Alberto Guimarães de Castro compró la propiedad (conocida como Quinta da Torre o Quinta do Castro), en subasta pública.
El pozo está comunicado mediante varias galerías o túneles con otros puntos de la quinta: la entrada dos guardiôes(entrada de los guardianes), el lago de la cascada y el pozo imperfecto. Estos túneles, otrora habitados por murciélagos, hoy en día alejados por los muchos turistas que visitan el lugar, están recubiertos con piedra importada de la costa marítima de la región de Peniche para sugerir un mundo sumergido.

Capilla de la Santísima Trinidad
Separada por escasos metros del palacio, construcción principal del conjunto, la Capilla de la Santísina Trinidad fue construida en piedra blanca y en estilo manuelino. En su interior, la cabecera se encuentra decorada con un mosaico donde se representa la coronación de la Virgen, la cual aparece vestida con los tres colores alquímicos: el blanco, el rojo y el azul. Las ventanas presentan vidrieras donde se representan, entre otros motivos, la leyenda de la Dama de Nazaré. Esta leyenda proviene de 1182, cuando el alcalde D. Fuas Roupinho se encontraba, en plena caza, persiguiendo a un venado. Debido a la niebla y a la celeridad de la carrera, la presa a la que pretendía alcanzar se precipitó en el abismo. El alcalde, temiendo correr la misma suerte, invocó a la Virgen de Nazaré, la cual le salvó de la muerte al frenar a tiempo a su caballo. En agradecimiento, el personaje mandó construir en el lugar la Capilla de la Memoria. En una segunda vidriera se recoge el nacimiento de Cristo, mientras que una tercera muestra a una serie de ángeles rodeando un triángulo, forma geométrica utilizada por los templarios. En la capilla también destaca la proliferción de cruces, predominando entre ellas la localizada sobre el pavimento del edificio y representada sobre una esfera. Esta cruz pertenece a la Orden de Cristo. Asimismo, encontramos reproducida la cruz patada o cruz orbicular, adaptada por los templarios portugueses.

Lago de los Cisnes y Banco 515
 








Torre da Regaleira
Fue construida para dar a quien la sube la ilusión de encontrarse en el eje del mundo.












Palacio
Edificio principal de la quinta, su fachada evidencia la influencia del estilo manuelino. La decoración del palacio se concentra en los balcones, las
columnas, las puertas y las ventanas, contando con el repertorio decorativo típico del estilo que emula: motivos de raigambre vegetal, cuerdas y nudos, perlas, escudos, etc. Además, en esta construcción se encuentran representados distintos santos cristianos. Toda la exuberante decoración estuvo a cargo del escultor José da Fonseca. En el interior encontramos una biblioteca y un laboratorio alquímico situados en una torre de planta octogonal, clara referencia al mundo masónico, el cuál otorgaba un especial significado a este número. Asimismo, el palacio cuenta con varios salones, destacando especialmente el "Salón de Caza", presidido por una impresionante chimenea atestada de elementos decorativos de un blanco impoluto, entre los que despunta la figura exenta de un cazador acompañado de su perro, flanqueado por dos frescos. Los techos del salón son decorados con múltiples nervios, recordando un poco a las bóvedas de abanico ingleses, y puertas y ventanas son rematadas con cabezas de animales, como ciervos y jabalís.